Psicología de la secta
La seducción
Es el momento cuando una persona conoce a alguien haciendo
proselitismo engañoso que le promete llevarle a la salvación, solucionar sus
problemas morales, darle alivio y curación, llenar el espacio vacío, terminar
con la soledad, ofrecer una vida con propósito, un mundo mágico y una familia
de grupo. Se le presentan al futuro miembro del grupo como personas humildes, felices,
seguras de sí mismas, demuestran superioridad por ser los elegidos y presumen
interés por el individuo. Las personas más propensas a caer en la secta son las
que se encuentran en un estado de vulnerabilidad emocional o material, los
idealistas, quien tiene predisposición a la dependencia, que padecen de
trastornos postraumáticos, insatisfacción con el mundo, buscadores del
misticismo y quienes no tienen autocontrol.
Destrucción de la
identidad
Cuando la seducción ha conseguido su objetivo de
involucrar la atención del prospecto voluntariamente. Le sigue la destrucción
de la fe, de la personalidad, las tradiciones y valores del individuo. Se
comienzan a mesclar en los diálogos y conferencias ataques a la fe propia del
individuo y técnicas de modificación de conducta. En ciertas instancias esto no
sería malo si el individuo tiene comportamientos autodestructivos, pero en las
sectas esto tiene otro propósito. Muchas personas que no tienen problemas de
comportamientos autodestructivos pierden su personalidad completamente y tienen
que adoptar comportamientos ajenos a su identidad.
Control mental y Adoración
al líder
Una vez que la identidad del individuo se ve
quebrantada se comienza a trabajar en el control mental, la manipulación,
intuir una nueva identidad, separar al individuo de su familia, aceptar a su
nueva familia, se le infunde una nueva realidad, una falsa libertad, una falsa
verdad con la imposición del líder como salvador y aceptación de creencias.
Esclavitud
En su nueva identidad llena de creencias el
individuo es controlado en todos los aspectos de su vida, se convierte en un
obrero del líder con diferentes compromisos materiales, como las ofrendas, el
trabajo gratuito y la participación en la captación de nuevos miembros. En esta
fase el individuo es totalmente dependiente del grupo y del líder. Cualquier
logro individual es atribuido al líder. No admite críticas, tiene temor al
mundo y se cree invulnerable.
Trastornos
psicológicos
Las personas sometidas a los procesos de
adoctrinamiento sectario usualmente desarrollan trastornos psicológicos y de
personalidad. Entre ellos delirios de persecución, Psicosis, dependencia, depresión,
trastornos disociativos, neuróticos, psicótico compartido, ansiedad, adicción y
despersonalización. Estos trastornos se manifiestan en los distintos conflictos
emocionales y cognitivos internos que trata de ocultar la persona con posturas
de auto afirmación, sobreprotección, inflexibilidad en el pensamiento, emotivas,
fanatismo y negación de identidad cultural. En la cadena de causa y efecto
estas posturas hacen que se caiga en estados de trance, de credulidad
irracional, alterados de la realidad, de dependencia afectiva, miedo e
idealización extrema. En casos donde los efectos de la idealización y delirio
son tan extremos, puede llegarse a creer que se es parte de una identidad
divina.
El disidente
El sectarismo induce a sus miembros a no aceptar
ningún pensamiento lógico. Cuando algún miembro acepta este tipo de pensamiento
y comienza a dudar o cuestionar la doctrina o comportamientos dentro de la
secta, el instinto de supervivencia de los miembros se dispara y comienza el
ataque desde cualquier ámbito contra el disidente. Una de las formas más
comunes de ataque es mantener al resto de la familia atrapada y usarla como rehén
emocional. Desprestigiar al disidente por sus errores, expulsarlo, mantenerlo
al margen de la secta, demonizarlo, amenazarlo y atacar su credibilidad son
otras de las estrategias anti disidentes en la secta. Se prohíbe pensar.
Síndrome post-sectario
Algunas personas abandonan la secta sin repercusión
alguna, otras sufren de trastornos post traumáticos, similares a los de mujeres
maltratadas, prisioneros de guerra o adictos a drogas. La asistencia
profesional y la comprensión por parte de familiares y amigos es indispensable
para una recuperación completa. Volver a la realidad no es fácil, unos optan
por ingresar a otra secta para sostener la adicción sectaria y dependencia.
Otros van a los extremos renegando de toda espiritualidad. Con la desilusión y
las cargas que se llevan a cuestas después de haber sido engañados, para muchos
es como llegar a un lugar nuevo donde se tiene que empezar desde cero una vida nueva.
Es en esta etapa cuando los defensores de la secta se jactan de que los
disidentes no pueden encontrar su lugar en el mundo. Esa es la difícil etapa de
transición y sanación, de la cual una vez superada, si no existen otro tipo de
trastorno, se podrá conseguir una vida plena en libertad, independencia, en
estado de conciencia, llena de valores y felicidad.
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